En Resumen
- La Casa Blanca presentó el miércoles una estrategia nacional de IA que acelera infraestructura, exporta sistemas estadounidenses y revierte regulaciones de Biden.
- El plan amenazó con retener financiación federal a estados con reglas "onerosas", generando críticas sobre disputas constitucionales y politización.
- Expertos advirtieron que vincular contratos federales a modelos "libres de sesgo ideológico" podría dañar la credibilidad estadounidense en el extranjero.
La Casa Blanca presentó el miércoles una estrategia nacional para afianzar el dominio de Estados Unidos en inteligencia artificial, lo que ha generado críticas de grupos de derechos civiles y políticos que dicen que se sacrifica la seguridad por el poder.
El "Plan de Acción de IA" describe el impulso de la administración Trump para acelerar la infraestructura de IA, exportar sistemas fabricados en Estados Unidos a aliados y revertir las regulaciones de la era Biden vistas como obstáculos para el crecimiento.
Today the @WhiteHouse released America’s AI Action Plan to win the global race.
We need to OUT-INNOVATE our competitors, BUILD AI & energy infrastructure, & EXPORT American AI around the world.
Visit https://t.co/eiWkfDc7PA pic.twitter.com/ZOHz0iXN0i
— Director Michael Kratsios (@mkratsios47) July 23, 2025
El plan sigue al lanzamiento anterior de Trump del Proyecto Stargate de $500.000 millones, una iniciativa del sector privado liderada por OpenAI, Oracle y el conglomerado japonés SoftBank para impulsar la infraestructura y el crecimiento de la IA en Estados Unidos.
"Este plan galvaniza los esfuerzos federales para impulsar nuestra capacidad de innovación, construir infraestructuras de vanguardia y liderar a nivel mundial, asegurando que los trabajadores y las familias estadounidenses prosperen en la era de la IA. Estamos avanzando con urgencia para hacer realidad esta visión", dijo el Director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, Michael Kratsios.
Las políticas clave en el Plan de Acción de IA incluyen:
- Exportación de IA de Estados Unidos: Los Departamentos de Comercio y Estado coordinarán con la industria para entregar sistemas de IA seguros de pila completa, incluyendo hardware, software y estándares, a naciones aliadas.
- Aceleración de la Implementación: El plan acelera los permisos para centros de datos y fabricantes de chips, y lanza programas para capacitar a trabajadores de alta demanda como electricistas y técnicos de HVAC.
- Reducción de Regulaciones: Elimina reglas federales que ralentizan el desarrollo de la IA y busca la opinión de la industria sobre posibles reducciones adicionales.
- Libertad de Expresión en IA: Los contratos federales requerirán que los modelos de IA permanezcan libres de "sesgo ideológico impuesto por el gobierno".
Matthew Mittelsteadt, un Investigador de Políticas Tecnológicas en el Instituto Cato, un think tank libertario, calificó el plan como una "mezcla de resultados", elogiando su énfasis en el desarrollo rápido en comparación con las órdenes de la era de Biden, pero advirtió sobre la intromisión política.
"Un tema que considero positivo es el renovado énfasis en la innovación", dijo Mittelsteadt a Decrypt. "El objetivo de esta tecnología es ayudar a las personas, y eso realmente debería ser el punto de estas órdenes".
Sin embargo, Mittelsteadt advirtió que vincular los contratos federales a modelos alineados con el gobierno corre el riesgo de politizar el desarrollo de la IA.
"Esa es la forma en que se retuerce este espacio", dijo. "Los desarrolladores comenzarán a construir para apaciguar a la administración".
Si los modelos de IA estadounidenses comienzan a reflejar agendas políticas, entonces los usuarios extranjeros podrían verlos como herramientas de influencia de Estados Unidos en lugar de una tecnología neutral. Eso podría ser devastador para la credibilidad de Estados Unidos en el extranjero, dijo.
"Cualquiera que quiera comprar modelos estadounidenses en el extranjero verá nuestros modelos como influenciados por el gobierno de Estados Unidos, tal como vemos los modelos de China como influenciados por el gobierno chino", dijo Mittelsteadt. "Nadie querrá comprar estas cosas si se ven como herramientas de Donald Trump, y eso es un error tan grande".
El Plan de Acción de IA también amenaza con retener la financiación federal de IA a los estados con reglas "onerosas", una medida que los críticos dicen que podría frenar la innovación local y crear nuevas disputas constitucionales.
"No tengo ni idea de cómo van a definir 'onerosas'", dijo Mittelsteadt. "Los estados no van a quedarse sentados adivinando qué califica. Seguirán aprobando leyes, y luego tendremos batallas legales complicadas".
Mittelsteadt también puso en duda la capacidad de la administración para cumplir con tales amenazas, especialmente contra estados con una gran presencia tecnológica como California.
"La administración habla de cortar fondos, pero gran parte de esos fondos van a entidades federales, como laboratorios nacionales, que están físicamente ubicados en estados como California", dijo. "¿Van a desfinanciar un laboratorio importante por una política estatal? Hay muchas incógnitas aquí. Mucha implementación sería inherentemente complicada y, creo, inherentemente politizada".
Eric Null, el codirector del Proyecto de Privacidad y Datos en el Centro para la Democracia y la Tecnología, expresó esa preocupación, agregando que el Plan de Acción de IA podría socavar potencialmente la regulación efectiva de la IA.
"Gran parte de esto podría ser perjudicial y contraproducente para garantizar que la IA se desarrolle y se utilice de manera confiable", dijo Null a Decrypt. "Para que la FCC lleve a cabo esta directiva, tendría que reclamar autoridad sobre la IA de alguna forma, lo cual estaría más allá de su alcance".
Null también señaló la política que exige que las plataformas de IA estén "libres de sesgos ideológicos impuestos desde arriba", argumentando que deja margen para interpretaciones partidistas.
"Es difícil eliminar el sesgo ideológico de la IA, lo que dificulta su aplicación. Aunque la regla pretende aplicarse de manera imparcial, queda en manos del gobierno decidir qué se considera sesgo", dijo. "En manos de una administración partidista, eso podría significar una aplicación desigual, etiquetando algunas opiniones como sesgadas mientras se excusan otras. No confío en que se aplique de manera justa".