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Greenidge se enfrenta a una "dura batalla" para renovar su permiso de minería de Bitcoin, de acuerdo con Basil Seggos, Comisionado del Departamento de Conservación Medioambiental (DEC) de Nueva York y el medio local WSKG.

"Seguimos creyendo que se trata de una instalación que va a tener una dura batalla para cumplir la ley", dijo Seggos.

Sin embargo, el comisario del DEC añadió una advertencia a su declaración, diciendo que el regulador le debía a Greenidge revisar lo que la empresa había presentado para la renovación del permiso.

"Le debemos al solicitante la revisión de lo que nos ha presentado, y la profundización en ello. Si de hecho eso demuestra la capacidad de cumplir, entonces tal vez tengamos una segunda impresión sobre si podrían o no cumplir la ley", dijo Seggos.

 

La batalla reguladora de Greenidge

Las instalaciones de Greenidge Generation en Dresden (Nueva York) empezaron siendo una central eléctrica de carbón en 1937, antes de pasar recientemente a la extracción de Bitcoin con gas natural.

El permiso de la empresa para extraer Bitcoin viene en forma de un permiso del Título V que obliga a Greenidge a controlar la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que produce anualmente.

La empresa obtuvo su permiso del Título V en 2016 y aspira a una renovación—con una posible decisión del DEC que llegará en junio de este año.

En marzo de 2021, Greenidge presentó documentos al regulador que incluían una carta—vista por Decrypt—en la que se especificaban las emisiones máximas legales que la empresa podía emitir en sus instalaciones de Dresde.

Ese permiso permitía a la empresa producir hasta 641.000 toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año. Una investigación anterior de Decrypt demostró que esta cifra equivale, en términos generales, a unos 708 millones de libras de carbón quemado, al consumo medio de electricidad de 116.000 hogares al año o a 1.600 millones de kilómetros recorridos por un vehículo de pasajeros.

Las ambiciones climáticas de Nueva York

Los ecologistas temen que Greenidge —y otras plantas mineras de Bitcoin— pongan en peligro la capacidad de Nueva York para cumplir sus compromisos climáticos.

Las obligaciones climáticas del estado se establecen en la Ley de Liderazgo Climático y Protección de la Comunidad (CLCPA, por sus siglas en inglés), que se convirtió en ley en julio de 2019. La CLCPA obliga a Nueva York a generar el 70% de su electricidad a partir de fuentes de energía limpia para 2030 y el 100% para 2040.

Greenidge ha afirmado en varias ocasiones que sigue cumpliendo plenamente sus requisitos reglamentarios, pero eso no ha convencido a los ecologistas y activistas del clima.

"Si otras plantas como Greenidge se convierten a la minería de Bitcoin, entonces no veo cómo podemos cumplir nuestros objetivos de emisiones", dijo Mandy DeRoche anteriormente a Decrypt.

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